segunda-feira, 11 de junho de 2012
Los Vientos y los Escalones
"Les harás calzoncillos de lino para cubrir su desnudez; llegarán desde los lomos hasta los muslos." (Exodo 28:42)
Los calzoncillos de lino eran piezas importantes en el vestuario del sacerdote, se llevaban bajo la túnica y directamente sobre la piel, empezando en la cintura y llegando hasta los muslos. Su principal función era no permitir que la desnudez del sacerdote apareciese, siendo dos cosas que lo pudiesen ocasionar: los vientos y los escalones que tenían que subir. Por ser una pieza que permanecía oculta (intima) a los ojos de las personas, solo el sacerdote y Dios los veían; estos calzoncillos nos hablan de cosas particulares entre nosotros y Dios.
La Biblia habla de determinadas cosas que deben ser hechas en la privacidad de nuestras recamaras y de puerta cerrada, la oración es un ejemplo de algo que se refiere únicamente a nosotros y a Dios, lea Mateo 6:6.
Los fariseos hicieron de la oración una forma de ostentación, pero el Señor Jesús dice que ella es algo intimo, pero que sus frutos serán públicos como los de un árbol, pero estos frutos son únicamente posibles gracias a la raíz que nadie puede ver. La gran importancia de esta vida de intimidad con Dios se ve en los momentos en que los vientos soplan y soplan en contra de nosotros. Los ventarrones de las adversidades hacen con que las túnicas de la exterioridad se levanten y muestren que hay debajo.
Es justamente en la hora de las adversidades que la cascara de la religiosidad cae y queda solamente lo que es autentico.
Lo que mantiene un árbol de pie durante la tempestad no son sus hojas pero sí sus raíces; es una vida de intimidad con Dios lo que impedirá que pasemos vergüenza durante los ventarrones.
Otro momento delicado era cuando subían los escalones, pues quien estuviese sin los calzoncillos pasaría vergüenza. Subir los escalones significa cuando subimos a una etapa de la vida, cuando somos llevados a algo más, a algo mayor. La falta de preparación ha hecho que muchos pasen vergüenza en el momento que son levantados o suben un escalón. Cuando estaban abajo parecía que todo estaba en orden, pero fueron llevados a un escalón más arriba y se dieron cuenta que todo era solo apariencia, pues faltaba algo abajo.
Entonces cultivemos esa intimidad con Dios y vistamos con los calzoncillos de oración, porque dos cosas nos esperan: ventarrones y escalones, felices son aquellos que se preparan para esto.
"He aquí, vengo como un ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza." ( Apocalipsis 16:15)
Autor desconocido
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