¡Chicas disculpen! Por haber atrasado los estudios en el
blog. Pero aún así continuaré, pues sé que así como yo, muchas de ustedes están
aprendiendo más sobre los frutos :-)
Bondad
La Bondad es una forma de amor y se asemeja a la benignidad, es tolerante y no mide sacrificios para ayudar y hacer valer la fuerza del amor por su semejante. Éste fruto puede ser practicado no solamente por cristianos sino también por cualquier persona que no tiene nada que ver con el Señor Jesús. Si ésta modalidad de amor es posible para aquellos que no probaron el don del Espíritu Santo, cuanto más para los que tuvieron una experiencia personal con Dios, ¡debe ser una obligación!
Aquel que es bueno nunca mira solamente para sí mismo, sino también para los otros, queriendo ayudarlos.
Fidelidad
Es muy interesante cada particularidad de expresión de amor, porque podemos notar que en cada fruto que fue explicado hasta aquí hay un complemento al interior, como si un círculo estuviera cerrándose. Cada uno en la dependencia del otro y todos expresando solamente uno: que es el amor.
No hay amor sin que haya fidelidad, así como no hay fidelidad si no hay amor, la fidelidad forma parte del carácter leal del amor, razón por la cual la fidelidad es el amor en ejercicio.
El Espíritu Santo ha acompañado la fidelidad de cada uno de nosotros, especialmente cuando las cosas no salen como esperamos. Es mucho más fácil demostrar fidelidad cuando todo va bien, sin embargo, cuando el cielo está oscuro y la tempestad comienza a colapsar, cuando todas las puertas se cierran y nadie extiende una mano y la desesperación es la compañía ¡nuestra fidelidad es probada y provocada! Porque ser fiel dentro de la iglesia no es nada, el carácter fiel es probado fuera de ella.
“No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).
Bondad
La Bondad es una forma de amor y se asemeja a la benignidad, es tolerante y no mide sacrificios para ayudar y hacer valer la fuerza del amor por su semejante. Éste fruto puede ser practicado no solamente por cristianos sino también por cualquier persona que no tiene nada que ver con el Señor Jesús. Si ésta modalidad de amor es posible para aquellos que no probaron el don del Espíritu Santo, cuanto más para los que tuvieron una experiencia personal con Dios, ¡debe ser una obligación!
Aquel que es bueno nunca mira solamente para sí mismo, sino también para los otros, queriendo ayudarlos.
Fidelidad
Es muy interesante cada particularidad de expresión de amor, porque podemos notar que en cada fruto que fue explicado hasta aquí hay un complemento al interior, como si un círculo estuviera cerrándose. Cada uno en la dependencia del otro y todos expresando solamente uno: que es el amor.
No hay amor sin que haya fidelidad, así como no hay fidelidad si no hay amor, la fidelidad forma parte del carácter leal del amor, razón por la cual la fidelidad es el amor en ejercicio.
El Espíritu Santo ha acompañado la fidelidad de cada uno de nosotros, especialmente cuando las cosas no salen como esperamos. Es mucho más fácil demostrar fidelidad cuando todo va bien, sin embargo, cuando el cielo está oscuro y la tempestad comienza a colapsar, cuando todas las puertas se cierran y nadie extiende una mano y la desesperación es la compañía ¡nuestra fidelidad es probada y provocada! Porque ser fiel dentro de la iglesia no es nada, el carácter fiel es probado fuera de ella.
“No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida” (Apocalipsis 2:10).
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