Hola chicas, quiero compartir con
ustedes algo muy fuerte que Dios me reveló mientras oía el mensaje del Ob.
Macedo, domingo 12/08.
En un determinado momento él habló sobre el sacrificio que
las personas hacen para tener una formación académica, para volverse un médico,
abogado, etc.
Me puse a pensar en estos sacrificios: muchos dejan de comer,
divertirse, dormir, comprar algo, empezar una relación porque quieren aquel
diploma por encima de TODO, priorizan aquella formación en sus vidas.
Y delante de eso existen dos tipos de profesionales, generalmente la gran mayoría que consigue un diploma y ya se dan por satisfechos, y aquella minoría que a pesar de la formación buscan nuevas especialidades, están siempre estudiando y adquiriendo cada vez más conocimiento, y hay aquellos que llegan a ir a otros países para elevar aún más el nivel de sus carreras, crecer aún más como profesionales y alcanzar el máximo de éxito en su trabajo.
Infelizmente, muchas personas en la iglesia son como la mayoría de esos profesionales que se sacrifican y colocan toda su fuerza para tener al Espíritu Santo y cuando Lo reciben simplemente Le “colocan en la pared” así como los diplomas y no hacen nada más para desenvolver los talentos que Dios le dio.
Por eso, debemos VALORAR a cada día, todo el cuidado y dedicación que el propio Dios Ha invertido en nuestra vida. Nuestro mayor Objetivo debe ser: formarnos MUJERES DE DIOS, y buscar especializarnos en eso todos los días, colocando toda nuestra fuerza para aprender cómo ser Verdaderas Mujeres que Agraden a Él.
De la misma forma como las personas buscan en libros para obtener informaciones y conocimiento sobre aquello que les interesa y que ellas saben que son de suma importancia para su carrera, así, debemos profundizarnos en estudiar la Palabra de Dios en cada versículo, no solamente la letra, el conocimiento, sino sobre todo el Espíritu del propio Dios en cada versículo que nos libera, nos transforma y nos hace crecer y ser mejor cada día.
Todo lo que Él hizo, crece, desenvuelve y da frutos, desde las plantas al ser humano y de la misma forma, nuestra vida tiene que dar frutos para la Honra y Gloria del Nombre de Él.
Un profesional de éxito, no se queda escondido, sino que su
fama corre por todos lados. Que así sea el Señor Jesús a través de nuestra
vida, que ese “éxito espiritual” nos acompañe siempre para que donde pise la
planta de nuestros pies, almas sean ganadas para nuestro Dios.
En la Fe,
En la Fe,
Mariana Novaes
Santos/SP
Santos/SP
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