“Mujeres
despreocupadas, ¡levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten
atención a lo que voy a decirles! Ustedes, que se sienten tan confiadas, en
poco más de un año temblarán; porque fallará la vendimia, y no llegará la
cosecha. Mujeres despreocupadas, ¡estremézcanse! Ustedes, que se sienten tan
confiadas, ¡pónganse a temblar! Desvístanse, desnúdense; pónganse ropa de luto.”
Isaías 39: 9-11
Cuando Dios
nos llama la atención con una palabra tan dura, no es para condenarnos sino
para advertir, pues en este pasaje vemos que Dios da una orden diciendo: Levántense
mujeres que están despreocupadas y escuchen mi voz.
Como así? Físicamente
estaban acostadas? No! pero si espiritualmente; estaban confiadas de su
salvación, pero a la vez estaban engañadas.
Dios nos da
tiempo para reaccionar y cambiar el comportamiento, es por nuestro propio bien!
La comodidad ha llevado a muchas a alejarse de Dios, y distraídas con las cosas
del mundo, voy a dar algunos ejemplos:
Novelas,
internet, pereza o deseo de no comprometerse con nada que es espiritual,
chismes, malos ojos, malos pensamientos, infidelidad en los votos y compromisos
con Dios, murmuraciones, rencor, mal comportamiento, actitudes mundanas, celos,
envidia, usar ropas cortas, apretadas y provocativas; en fin tantas cosas que
nos hacen perder el tiempo y entristecer al Espíritu Santo.
Vamos a
poner fin a todo esto!
Cuando era
obrera recibí a una obrera para pasar
unos días en mi casa, me di cuenta que ella veía una novela que la daban a la
hora de la reunión de la noche, recuerdo que me puse mi uniforme y ella seguía
acostada en la sala de la casa, completamente entregada a esa novela, le
pregunte: No va a ir a la iglesia? No se va a cambiar?
Ella me respondió:
No, me quedare.
Yo me fui
para la iglesia y cuando volví ella ya se había ido a dormir. Qué triste es ver
a alguien perder tanto tiempo!
Era noche
de liberación en la iglesia, había muchas personas necesitando una ayuda, como
una persona puede llegar a ese nivel?
Ella era
una persona atada, nada le funcionaba! Nunca se afirmaba en ningún empleo,
nunca tenía una casa donde vivir, estaba siempre de aquí para allá, de casa en
casa, no era organizada en sus cosas, vivía con su cuarto hecho un desastre y
la ropa siempre acumulada, pues le gustaba dormir hasta tarde, no era
organizada y solo pensaba en la vida sentimental. Hoy ella está en el mundo,
sola, con la vida atada, con un semblante caído y triste, apagada y
envejeciendo. Pero la raíz de todo esto era que no tenía una vida espiritual
activa.
Aprendí lo
siguiente: si usted no vence espiritualmente no va a vencer en el mundo físico,
todo se conquista en el mundo espiritual primero. Por eso muchas mujeres están frustradas en la iglesia, pues están
esperando que las bendiciones simplemente caigan del cielo como por arte de
magia; y eso nunca va a suceder, puede sentarse y esperar pues Dios no hace
magia!
Quiere un cambio?
Luche! Pues quien está en la lucha esta para vencer! Quien lucha no piensa en
desistir, pues fue para todo o todo, no acepta perder, ser avergonzada y
humillada por el mundo.
Vamos a
preparar un costal (arpillera) y nos vamos a humillar esta semana, vamos a
seguir la orientación divina; pero es para humillarse, pues no tiene sentido
colocarse el costal (arpillera) y quedarse callada pensando en otras cosas,
pensando en desistir. Vamos a indignarnos con nuestra situación espiritual,
estaremos unidas con ustedes, pues ahora estamos en la misma lucha! Y su
victoria es la nuestra también.
A la media
noche nos pondremos este costal (arpillera) y nos humillaremos durante el
propósito, vamos a hacerlo 2 días a la semana, vamos a separar los lunes y
martes, para humillarnos y llamar la atención de Dios.
Fabiane
Cunha
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