¿Usted
ya usó un traductor? Usted escribe una palabra en un idioma que no entiende y
listo, le muestra su significado en el idioma que especificó. Pero muchas veces
el significado de aquella palabra es más que uno y dependiendo sirve para un
tipo de frase, para dar sentido a lo que usted quiere decir. Para quien trabaja
traduciendo o está en otro país, sabe muy bien de las dificultades que hay,
cuando se quiere hablar o escribir, muchas veces una palabra dice lo contrario
de lo que se quiere hablar o escribir (sino, pregúntenme a mi :-))
Pero,
vamos más allá de ésta traducción. También existe la dificultad de expresarse
en nuestro propio idioma (en mi caso es el portugués), hay muchas palabras que
para el paulista son diferentes al carioca y que dificulta a los mineros y que
frustran al resto de los brasileros ¿no es así? ¡Y eso sucede en nuestra lengua!
¡Imagine con el resto de idiomas!
Ahora voy a hablar de un punto más allá de la traducción, que se llama: el traductor de la mente, es allá donde usted habla y las personas traducen como quieren o entienden. Siempre es necesario trabajar junto con la inteligencia Espiritual, para que ese traductor no traduzca mal lo que las personas nos dicen.
Ahora voy a hablar de un punto más allá de la traducción, que se llama: el traductor de la mente, es allá donde usted habla y las personas traducen como quieren o entienden. Siempre es necesario trabajar junto con la inteligencia Espiritual, para que ese traductor no traduzca mal lo que las personas nos dicen.
Cuando
se tiene la mente de Cristo, pueden acercársele personas y hablar muy mal, o
hablar otro idioma, hablar fuerte, voz delgada, gruesa, firme, alto y como sea
usted logra traducir de una manera espiritual lo que aquella persona necesita
decir o hacer. Pero cuando se tiene una mente contaminada, las personas pueden
hablar muy bien, pueden hacer una pregunta clara, pueden intentar hablar de una
manera bien explicadita, pero por tener una mente contaminada que es nutrida
por los malos ojos y oídos, no existe forma, ni idioma que pueda hacerla
entender.
Ojos y oídos contaminados es consecuencia una mente contaminada. Por eso, cuando queremos ser ayudadas y ayudar a las personas, necesitamos tener nuestro traductor (mente) saludable para saber traducir lo que necesito oír, lo que las personas quieren decir y encima de todo, lo que Dios quiere hablar.
Ojos y oídos contaminados es consecuencia una mente contaminada. Por eso, cuando queremos ser ayudadas y ayudar a las personas, necesitamos tener nuestro traductor (mente) saludable para saber traducir lo que necesito oír, lo que las personas quieren decir y encima de todo, lo que Dios quiere hablar.
Hoy
en día es muy fácil encontrar personas que hacen tempestad en un vaso con agua,
por causa de una simple palabra que no logró traducir en su mente y, ¿por qué?
¡Mente contaminada! Si su mente no es de Cristo, no sabe traducir lo que es
Espíritu, lo que es carne y ni mucho menos cuando es la voz de Dios.
¡Seamos
traductores de Cristo!
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