¿Usted es curiosa? Yo lo soy. Pero vamos a entender
un poquito sobre la curiosidad que hace bien y la curiosidad que nos perjudica.
En el diccionario, el significado de la palabra
curiosidad es el deseo que el ser humano tiene de ver o conocer algo
desconocido. Pero, cuando ultrapasa un límite, como por ejemplo la invasión del
espacio ajeno, se vuelve una indiscreción. Algunos términos populares pueden
designar a alguien demasiado curiosa: entrometida, intrusa, chismosa.
¿Por qué estoy escribiendo sobre eso? Porque hoy en
día muchas de nosotras cometemos errores sin percibir y, ser muy curiosa
compromete no solo a nuestra imagen sino también a nuestra vida espiritual.
Usted sabe si la curiosidad es bueno o no a través
de su intención, por ejemplo: tenemos la curiosidad de interés, que nos lleva
al deseo de aprender lo que nos puede ser útil, por detrás de esa curiosidad de
aprender más, hay una intención buena, cuando usted piensa en ser útil, eso
quiere decir que usted piensa en el prójimo, entonces su curiosidad la hace
avanzar y no solamente ayuda a las personas, sino que también crece y Dios
puede usarla mucho más.
La otra curiosidad es de querer saber algo a todas
costas, ejemplo: escuchar un asunto y la curiosidad le lleva a investigar con
otras personas, su amiga le habla que tiene que hacer algo, y usted le pregunta
¿qué cosa? Ella dice: “algo”, entonces usted sigue insistiendo en saber que es
ese “algo” que ella no le quiere decir. La curiosidad de esos ejemplos no son
edificantes para nuestra vida espiritual, porque la intención no es buena, tal vez
tampoco sea mala, pero en el fondo es para tener el gustito propio de quedar
juzgando en su mente la situación, y eso parece ser tan nocivo que va
enflaqueciendo su vida espiritual y comprometiendo su imagen.
Hablo eso porque yo ya fui así, eso se vuelve un
vicio si no para, aparte que usted pierde tiempo con tonterías que Dios, tal vez
estaba alejándola de saber algo por amor a su vida y, usted dejó que la
curiosidad fuese usada de manera equivocada, simplemente por interés propio,
insistiendo en algo que no le iría hacer bien.
Piense conmigo, puede ser una situación simple que
usted oyó hablar y que vino la curiosidad de saber, pero recuerde: ¿será que si
fuera la voluntad de Dios que usted sepa algo, no le llegaría el asunto completo,
designado directamente para usted?
Huya de las cosas que no le hacen bien para su vida
espiritual y para su imagen, si usted es de Dios, no se ve bien que tenga fama
de entrometida, chismosa e intrusa, porque así Dios no podrá usarla.
¿Cuál ha sido su intención por detrás de su
curiosidad?
¡Piense en eso!
es verdad sra, a mi me sucedió una vez, quería saber sobre una conversación,y cuando me entere no me sentí bien, en mi mente vino, por curiosa te pasan las cosas, es mejor no interesarse en cosas que no nos incube ya que nos pueden herir...
ResponderExcluirÉ verdade D.Graciele,essa curiosidade quando usada com más intenções fazem mal a pessoa que a pratica e entristece a Deus .Que por Sua misericórdia nos livra de assuntos que irão abalar a nossa Fé ou nos entristecer quando não praticamos esse tipo de curiosidade.
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