Apreciar a una persona, un objeto o
una situación es saber ver y expresar lo más precioso que ellas nos ofrecen.
Cuando sabemos apreciar, despertamos el ánimo, elevamos la estima, y la energía amorosa circula abundantemente para todos.
La apreciación surge del mirar de quien ama y percibe el significado de todo, en el paisaje entre el Cielo y la Tierra.
Valorizar lo que tenemos de mejor y agradecer la contribución única que cada uno ofrece es un hecho que muestra al propio Dios. Vamos a practicar más éste acto que lleva a muchas almas para la dirección correcta, para Dios.
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