Nos hemos
extendido en este tema pues muchas desconocen el verdadero papel que tenemos,
la verdadera responsabilidad que debemos cumplir con Dios; una vez practicada,
mas allá de multiplicar personas de Dios, personas fuertes en la fe, salvas,
ella también recibe lo mejor, que viene
de Dios.
El domingo
pasado (13) pude sentir un poquito del dolor de Dios, el dolor que ni siquiera
pensamos que él siente,: el dolor de ver un siervo(a) que podría ser usado para
salvar, pero que por sus intereses personales ha empujado almas para el infierno;
todo por culpa de una responsabilidad delante de los hombres; sinceramente al
saber de esa situación, simplemente le hable a esta alma que vino a hablar de
ello: No importa donde usted se encuentre, no importa lo que usted ve y
escucha, recuerde que su alma es más importante que todas sus habilidades. El
hombre es imperfecto pero Dios no, coloque su vida en el regazo de Dios, este
regazo es el de un padre verdadero; aunque vengan personas llenas de sí
queriendo juzgarla, marcarla por lo que paso con usted debido a la falta de
madurez, recuerde: Jesús la perdono! Si el perdono y borro, ¿quién soy yo o quiénes
son los demás para señalarla?
Después de
eso, estuve pensando toda la tarde, llore, sentí un poco de lo que es el dolor
de Dios, pues me imaginaba ¿cuantas personas en el mundo han luchado para
recomenzar?, y ¿Cuántas madres espirituales en lugar de ayudar en este momento
difícil, han empujado a las almas que se
han arrepentido y quieren empezar todo de nuevo? ¿Cuantas almas dentro de la
iglesia que han sido ex esto o ex aquello, que tropezaron, cayeron y ahora
están luchando no solo contra el infierno, sino que también han luchado contra
los juzgamientos y palabras negativas de madres espirituales (siervas(os)), que
no han hecho su papel y su placer esta en sentirse mejor, sentirse más santo(as)
que los otros? ¿Y para qué? Es muy triste lo que está sucediendo en estos días.
Generar
hijos de la carne ya es un don, imagínese tener hijos espirituales.
Una madre
espiritual es capaz de dar su vida, es capaz de tomar decisiones trágicas hacia
sus voluntades a favor de salvar sus hijos.
Su
existencia en sí un acto de amor. Generar, cuidar, nutrir, amar, amar, amar…amar
con un amor incondicional que no espera nada a cambio ¡Afecto desmedido y sin
límites!
Ahhh, son
raras estas joyas y faltan por estos días; estemos en la búsqueda de ser esa
madre espiritual, ¿y cómo serlo? Solamente cuando dejamos nuestro querer y
damos oídos a la voz de Dios, una vez esto ocurra, sus ojos se abren, sus
actitudes cambian.
¡Ser madre
espiritual es dejarse tocar por la mano de Dios!
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