Continuación
de Verdades del Altar
El vencedor
no es aquel que siempre está destacándose (supuestamente teniendo suceso en sus
funciones) y si aquellos que permanecen sin perder su fe, su temor y su celo
por las almas. Son aquellos que soportan ver y pasar por situaciones que a
veces son creadas por personas que no están en el Altar (centro de la voluntad
de Dios), pasan por cosas fuera de lo común, situaciones que a los ojos humanos
son crueles, difíciles, que una persona normal sin Jesús no aguantaría, pero
los siervos de Altar son un regalo de Dios para su obra.
¿Cuantas
personas conocimos y admirábamos por su nivel espiritual e incluso aprendimos
muchas cosas con ellas pero no permanecieron?
Y esto
porque ¡no soportaron!, y sepa que cada día será más difícil servir a Dios en
las funciones, pues estamos al final de los tiempos, unos queriendo ser más que
otros, unos queriendo mostrar más trabajo que otros; solo permanecerá y
soportara quien esté en el Altar invirtiendo en su relación con Dios.
Cuando
usted es del Altar, ¡piensa como Dios! Piensa en el valor de un alma, es valiente
para tomar muchas veces actitudes para salvar otras almas y siervos (as), sin
tener miedo de lo que puede sucederle; los valores están en las almas y eso se
refleja en sus actitudes naturalmente, tal vez usted sea un don nadie para los
demás, pero para Dios, ahh usted es un pedacito de Él aquí en la tierra.
A los
siervos(as) del Altar no les importa lo que la gente piense de ellos, pero
hacen lo mejor para su Señor, aunque tengan que desagradar a algunos, aunque
tengan que perder o tengan que soportar situaciones difíciles con dolores de
parto; al ver la vida de los demás siervos supuestamente explotando, no tiene
envidia de sus conquistas porque sabe que son formadas en la arena (en este
mundo), quien espera solamente la recompensa del Altar formado en la Roca
(Reino de Dios), su vida es eterna y no restringida a este mundo.
Ser del
Altar es saber que su carne será crucificada todo el tiempo, andará en
contravía con el mundo y con la moda de este que ha entrado silenciosamente en
nuestras iglesias, tendrá que mirar solamente para el Señor Jesús y hacer las
cosas solo para El, pero sepa que este sacrificio es más grande pero ¡no tiene
precio! El valor de estar en el Altar sirviendo a Dios es grandioso, usted
tiene acceso a Él, Dios le habla, le hace tan fuerte, tan santo, tan ungido que
nada le puede tocar… simplemente por ser ¡Siervos(as) del Altar!
Vencedor es
aquel que permanece en el Altar, que pasa por muchas dificultades, muchas
injusticias, muchos sufrimientos, dolor, renuncias, pero consigue soportar y
guardar la llave para su salvación: ¡La fe!
“He peleado la buena batalla, he acabado la
carrera, he guardado la fe.” 2 Timoteo 4:7