terça-feira, 23 de dezembro de 2014

Siervas y nada más – 22º al 24º Día

Hola amigas de la fe, discúlpenme por escribir con atraso, pasa que me dio un resfrío muy fuerte y no estaba bien… ahora estoy aquí  :-)

Madurez

Nosotras hablamos que una de las cosas que necesitamos trabajar es en nuestra confianza en Dios, dejar de querer hacer o actuar a nuestra manera y hacer el querer de Dios. Eso duele, es una renuncia tener que dejar que el barro se seque ¿no es cierto? Pero, ¿qué ganamos con eso? ¿Además de que nuestra confianza se queda más fuerte en nuestro Señor? ¡Ganamos Madurez!

Siervas y nada más también necesitan adquirir madurez y eso no le va a dar el Espíritu Santo. Quien le va a dar madurez son los desiertos, las aflicciones, las tribulaciones, los problemas que ustedes enfrentaran solitas. Por eso, usted ha pasado por tantas dificultades, Dios quiere darle madurez. Si todo fuese tan rápido y fácil de resolver no ganaríamos madurez.

El tiempo hace adquirir madurez, y para adquirirla necesitamos entregar todas nuestras ansiedades en las manos de Dios, y no es fácil porque es nuestra naturaleza humana, por eso es doloroso tener que entregar, pero no es imposible cuando queremos agradar a Dios.

Cuando Dios comparte cosas grandes con nosotras, pero si estamos verdes (inmaduras), corremos el riesgo de dar lugar a la ambición (nuestras voluntades). La ambición engaña l corazón, nos lleva a las emociones, porque comenzamos a oír nuestra voluntad y dejamos de oír a Dios. Todo fortalecimiento y avance espiritual (madurez) dependen de que muramos para nuestras ambiciones (nuestras voluntades) y hacer la voluntad de nuestro Dios.

Cuando eso sucede y salimos aprobadas, ganamos más madurez, dejamos de ser niñas en la fe y aprendemos cada vez más a lidiar con las situaciones y personas. Vemos las cosas con ilusión y naturalmente logramos colocarnos en el lugar de las personas. Pero no acaba ahí, la madurez no termina, siempre estaremos en proceso pues es necesario para continuar nuestro camino a la Salvación. Cuando pienso que  poseo madurez, descubro que tengo que madurar mucho más.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”. (Ro 8:28).

Hoy y mañana usted va a agradecer a Dios por las luchas, desiertos y dificultades que usted viene pasando, se va a enfocar más en el querer de Dios y no en sus emociones.


La oración por la iglesia será por todos los obispos, pastores y auxiliares de la IURD para que Dios venga a darles madurez espiritual y capacidad para llevar la Salvación a todo el mundo. 

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