Cuando llegue a la iglesia era muy joven pero con muchos traumas y problemas; en mi mente ya estaba acostumbrada a pensar: Usted no sirve para NADA!
Yo oí eso durante toda mi adolescencia en de mi casa. Todo lo que yo cogía, lo rompía, todo lo que hacía, lo hacía mal; no había nada en lo que consiguiera acertar! Hasta mi silencio era un motivo para recibir esas palabras. Pase abusos, pase por problemas espirituales, problemas familiares, etc., pero mi mayor problema eran esas palabras cortantes que me hicieron tener todos esos problemas; después que me convertí, seguía oyéndolas y era peor: Graciele, usted está en la iglesia y aun no sirve para NADA!
Pase un tiempo muy difícil para liberarme y para quitar esas palabras de mi vida, pues yo las oía todos los días. Mire como es, palabras cortantes que estaban acabando conmigo; tuve que vencerlas para poder tener + de Dios, no sería fácil pues yo las oía de mi propia madre que no era convertida, me sentía de lo peor, me sentía sucia, pequeña, vacía, un monstruo, durante años acepte esas palabras, y que poder tenían! Y si alguien me hablaba : Usted es especial! Yo me reía, no creía, pensaba que las personas querían algo de mí.
Pero un día decidí enfrentar esas palabras y es claro que tuve mucho miedo, pues ya estaba acostumbrada con esa situación; tuve que salir de mi capullo, pero cómo? Admitiendo que tenía valor aun no aceptándolo! Es como cuando usted piensa: Voy a vencer esto o aquello, pero en el fondo usted no cree. Pues así es, ese fue mi primer paso: Yo confesé para mí misma que tenía valor, aun no creyéndolo. Todas las veces que recibía esas palabras negativas, pensaba: Yo tengo valor! Y sin darme cuenta fui cambiando, me fui liberando de todas las palabras malas y cortantes que habían en mi mente, aunque todavía conviviera con ellas ya no me hacían más cosquillas, yo tenía la certeza de que tenía valor!
Mi cambio comenzó cuando empecé a confesar que tenía valor! Que soy capaz! Que yo puedo! Y hasta hoy hago eso, CREO EN MÍ!
Hoy usted va a dar ese paso, tal vez está siendo esclava de una palabra o varias palabras, usted las va a enfrentar confesando que tiene valor aun no creyéndolo, pero lo va a confesar todas las veces que ellas vengan; y sepa que usted abrirá espacio en su mente para lo imposible en su vida.
Nada ni nadie la podrá detener!
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